
Errores de interpretación
El verano pasado me ocurrió algo divertido y voy a exponerlo de inmediato pues hace tiempo que quería contarlo.
Eran las seis de la tarde el sol aún desprendía calor pero en aquel banco y debajo del árbol, por cierto muy frondoso se estaba de maravilla.
Yo hacia ganchillo y mientras, escuchaba la conversación que tenia el matrimonio sentado a mi lado que también disfrutaba de aquella merecida sombra después de un día tan caluroso.
La mujer le decía a su marido: esta pasada noche roncabas mucho y quedé completamente desvelada; al no poderme dormir, salí al balcón y estuve hablando con un gato.
- ¿Qué? Le dice el marido.
- Bueno, maullando con el gato. Respondió la mujer. Estuve más de un cuarto de hora con él, miau y miau. -¡Si tu hubieras oído cariño! Los maullidos estaban llenos de trémolos, insinuaciones y pasión. La dama estaba alborozada contando la historia al marido.
Pero su triunfo nocturno se desvaneció cuando una vecina fue a verla al día siguiente y le dijo:
- ¿Sabes? Anoche me pasó una cosa muy graciosa. Maullé a un gato que pasaba y éste me contestó………y estuvimos maúlla que maúlla más de 20 minutos.
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